El intercambio con nuestro entorno
El organismo humano está rodeado e impregnado por un campo bioeléctrico altamente estructurado e inmaterial, a través del cual interactúa energéticamente con su entorno, intercambiando información vital: bioinformación. Como una llave para la cerradura, la bioinformación debe encajar en nuestro campo bioenergético si quiere ser efectiva en orden. Por lo tanto, no solo necesitamos mucha energía, sino patrones de energía precisamente estructurados, que abren una resonancia perfecta para nuestro organismo. Cuanto más ordenado y armonioso se crea nuestro propio campo bioeléctrico y el de nuestro entorno, más experimentamos apoyo para nuestro orden y armonía.